Creíamos que todo estaba inventado a la hora de lanzar un penalti, pero unos japoneses han logrado reinventar la técnica. Con timo incluido.
Lo fácil sería decir que estas cosas sólo pasan en Japón, pero no es así. La historia del fútbol nos ha dejado más lanzamientos de penalti de lo más absurdo, e incluso ridículos como el que protagonizaron Thierry Henry y Robert Pirés en su dorada etapa del Arsenal. El punto fatídico ha llegado a dar, incluso, argumentos para películas.
No obstante, el premio se lo lleva el Hiroshima y su jugador Hisato Sato. Fue capaz de sorprender al portero del Shimizu S-Pulse gracias a la maestría de un compañero. El 'falso' lanzador se quedó de espaldas a portería, gesticulando como si fuera a girarse y tirar. Una clara maniobra de engaño, pero... Su compañero Sato, que esperaba en la frontal esperando un posible rechazo, emergió dentro del área y marcó el gol.
La estupefacción se apoderó de jugadores y afición. Ese gol engañó a todo el mundo, pero no tendría que haber subido al marcador porque la FIFA dice que el lanzador tiene que estar "perfectamente identificado". El caso es que es el penalti más original del momento. Pero que ni Henry ni Pirés, ni nadie lo intente copiar porque aquí los árbitros es difícil que piquen. O no.
Raro, raro, raro...
La puesta en escena del lanzamiento de penalti es un arte en el mundo del fútbol. Los primeros en romper la norma de "arriba y pegada al palo" fue Antonin Panenka con su lanzamiento patentado en la final de la Eurocopa de 1976. Y los segundos fueron Johan Cruyff y su compañero en el Ajax Jesper Olsen, cuando el 14 pasó, Olsen se la devolvió y El Flaco también dejó sorprendido al mundo. Muchas décadas después, unos japoneses muy listos han reinventado este ritual.
Fuente: es.eurosport.yahoo.com
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